Nació en Puno, Perú, el 30 de mayo de 1886. Sus padres fueron don Mariano Encinas y doña Matilde Franco. Estudió su primaria en la escuela dirigida por don José María Miranda y su educación secundaria en el Colegio Nacional “San Carlos”, ambos de Puno. Fue formado como educador en la Escuela Normal de Lima, ejerciendo luego como Director del Centro Escolar de Varones N° 881 de Puno de 1907 a 1911. En Lima, ingresó a la Universidad Mayor de San Marcos, en la cual se graduó como doctor en Letras y en Jurisprudencia en 1918. En 1919 ingresa a la vida política y es elegido representante al Parlamento, siendo deportado por el régimen del presidente Leguía en 1923 a Guatemala. Durante su exilio fue Profesor de la Universidad de Guatemala y Consejero del Ministerio de Educación de ese país. Trasladado a Europa al obtener una beca, estudió en las Universidades de Londres, Cambridge (donde obtuvo el grado de Master en Ciencias), Bolonia, Padua y la Sorbona. En la Sorbona optó el doctorado en Ciencias de la Educación. Se traslada luego a España y fue Director del “Pedagogium” en Barcelona - España, en 1930.
Después de la caída del Gobierno de Leguía, José Antonio Encinas se reincorporó al Perú a comienzos de 1931 y fue elegido Rector de la Universidad Mayor de San Marcos, gestión que, terminó en 1932 al ser clausurada San Marcos por el presidente Luis M. Sánchez Cerro. En 1933 fundó con sus hermanas el Colegio Dalton de Lima.
Entre 1935 - 1937 José Antonio Encinas fue profesor visitante en Universidades de Panamá, Bolivia, Chile y México. En 1935 fue desterrado por segunda vez. En 1936 fue elegido Senador de la República in absentia, cargo que no asumió por anulación de las elecciones.
Después de la caída del Gobierno de Leguía, José Antonio Encinas se reincorporó al Perú a comienzos de 1931 y fue elegido Rector de la Universidad Mayor de San Marcos, gestión que, terminó en 1932 al ser clausurada San Marcos por el presidente Luis M. Sánchez Cerro. En 1933 fundó con sus hermanas el Colegio Dalton de Lima.
Entre 1935 - 1937 José Antonio Encinas fue profesor visitante en Universidades de Panamá, Bolivia, Chile y México. En 1935 fue desterrado por segunda vez. En 1936 fue elegido Senador de la República in absentia, cargo que no asumió por anulación de las elecciones.
En 1938, por invitación del Carnegie Endowment for International Peace, visitó como conferenciante las Universidades de Nuevo México, Arizona, Texas y Denver de los Estados Unidos. En 1938 fue conferenciante especial del Instituto Hispano Cubano de la Habana, Cuba, país en el cual asumió la jefatura del departamento de psico-pedagogía del Liceo Aguayo en la Habana.
De 1939 a 1945, residió en La Habana laborando en la universidad de dicha ciudad y desempeñándose como consultor en asuntos educacionales. En 1945 regresó al Perú y es elegido Senador por el departamento de Puno. En 1947 patrocina la creación del instituto de Experimentación Educacional de Puno y asesora el Ensayo del Sistema de Organización Escolar por Niveles de Aprendizaje. Fue reelegido Senador de la República en 1950, cargo que ocupó hasta 1956. En 1957 es elegido Director del Instituto Indigenista Peruano y Presidente del Instituto de Lenguas Aborígenes. La Facultad de Letras y Pedagogía de la Universidad de San Marcos le otorga el título honorífico de Doctor Honoris Causa, con motivo de sus bodas de oro magisteriales. Falleció el 30 de Julio de 1958.
De 1939 a 1945, residió en La Habana laborando en la universidad de dicha ciudad y desempeñándose como consultor en asuntos educacionales. En 1945 regresó al Perú y es elegido Senador por el departamento de Puno. En 1947 patrocina la creación del instituto de Experimentación Educacional de Puno y asesora el Ensayo del Sistema de Organización Escolar por Niveles de Aprendizaje. Fue reelegido Senador de la República en 1950, cargo que ocupó hasta 1956. En 1957 es elegido Director del Instituto Indigenista Peruano y Presidente del Instituto de Lenguas Aborígenes. La Facultad de Letras y Pedagogía de la Universidad de San Marcos le otorga el título honorífico de Doctor Honoris Causa, con motivo de sus bodas de oro magisteriales. Falleció el 30 de Julio de 1958.
Entre sus principales obras destacan:
- “Educación del Indio”. (1908)
- “Problemas de la Educación Nacional”. (1909)
- “El Problema del Profesorado Nacional”. (1910)
- “La Educación: Su Función Social y el Problema de la Nacionalidad”. (1913)
- “Contribución a una Legislación Tutelar Indígena”. (1918)
- “Causas de la Nacionalidad Indígena en el Perú”. (1919)
- “A los Maestros graduados en la Escuela Normal de Lima”. (1930)
- “Un Ensayo de Escuela Nueva en el Perú”. (1932)
- “Mi Familia, Mi Escuela, Mi Casa”. (1934)
- “Historia de la Universidad de Bolonia y Padua”. (1935)
- “Higiene Mental”. (1936)
- “La Educación de Nuestros Hijos”. (1938)
- “Enciclopedia Escolar”. (1938)
- “La Reforma Universitaria”. (1978) Edición póstuma.
Contexto socio - político - educativo
La vida de don José Antonio Encinas es importante situarla en el contexto de su tiempo. Como un humanista de gran sensibilidad, no se mantuvo indiferente a las concepciones prevalentes en la época: marxismo, fascismo, nazismo y franquismo. Es por ello que a la hora de analizar su obra es importante ubicarla en el proceso de la historia universal, tanto en lo educativo como en lo social.
En lo educativo, recibe influencias de Europa, Estados Unidos, y probablemente también de Rusia. Con esta última comparte mayor simpatía, por su línea de pensamiento o concepción del mundo.
Según José Portugal Catacora, en política es preciso ubicar a Encinas en la izquierda. Encinas afirmaba que el maestro estaba llamado a tener una posición política, una visión irrenunciable del mundo. Precisaba al respecto que “El Maestro debe ser político por excelencia, pero no debe confundir su actividad política de izquierda en la que se ubica su profesión por trabajar con visión de porvenir con ser acólito de un partido...” 152. Encinas “se perturbaba cuando encontraba maestros sin visión de porvenir y con los ojos puestos hacia el pasado153. Decía que “El maestro debe ser un líder social visionario”. Sin embargo, es preciso añadir la distinción que hace de un político auténtico de aquél que ejerce tal función con ambiciones protervas: “El maestro debe ser político por natural derecho desde el punto de vista de su actitud. Lo que no es correcto es que se sienta acorralado dentro de un sector para seguir apasionadamente intereses de un partido en detrimento de su conciencia. La política no debe ser algo por lo cual el maestro hipoteque su conciencia de justicia social”154. Entre 1906 y 1956 surgieron las nuevas corrientes educativas de la Escuela Nueva y la Escuela del Trabajo en EE.UU y en otros países de Europa. En el Perú los maestros no tenían ingerencia en la planificación, elaboración de Planes y Programas ni en las leyes y reglamentos concernientes a este sector, lo cual los marginaba completamente del sistema educativo. Como consecuencia de ello se forma una escuela sin doctrina, sin propósitos definidos, sin libertad para desenvolver la totalidad de los valores que se habría de considerar en los educandos. Surge una escuela sectaria, esclava del prejuicio político o religioso, donde el maestro era una especie de peón asalariado que debía olvidar la incesante renovación del pensamiento humano. En esta época los estudiantes fueron agrupados por años de estudio obligándolos a aprender en un tiempo determinado la misma cantidad de conocimientos, bajo la misma disciplina mental y espiritual, con el olvido del valor de su personalidad, pasando a ser el estudiante un sujeto pasivo, obligado a aprender lo que estaba trazado por el maestro.
153. Ob. Cit., p. 43.
154. Ibídem., p. 43.
CUL
ResponderEliminar