lunes, 12 de septiembre de 2011

CELESTINE FREINET: SUJETOS DE LA EDUCACIÓN

El Educando

Freinet coincidía con la Escuela Nueva en que el punto de partida de la educación es el niño, el alumno y no el adulto, el maestro.
Ese niño que, a primera vista, parecía, por naturaleza, holgazán, tramposo, mentiroso, reacio a cualquier esfuerzo, está lleno de ansias de vida y de actividad. Aspiraciones que la enseñanza existente no aprovecha. Sus intereses apuntan a otras realidades que Freinet supo advertir sin demora: la vida cotidiana, el juego y el medio ambiente.
En Bar Sur Loup, Freinet consiguió que sus alumnos no sólo adquirieran el hábito de las nuevas técnicas, sino que se apasionen por los trabajos realizados en la escuela y en la aldea. Así se transformaron en encuestadores, indagando, según la índole de sus investigaciones pedagógicas, multiplicando sus visitas y desplegando una actividad de lo más entusiasta.

El Educador
En la pedagogía de Freinet, el maestro no es un “dictador de lecciones”, sino un orientador del aprendizaje de sus alumnos; es un colaborador de sus alumnos que trabaja con ellos en el desarrollo de las técnicas y las actividades que éstas implican. El maestro y los alumnos, por ejemplo, elaboran juntos las fichas o el texto del día. También, en colaboración, hacen uso de la imprenta en la escuela.
El maestro no es concebido como alguien externo a la comunidad de los alumnos, sino como integrante de ella. Es responsable de crear un clima de trabajo en la escuela y participa con sus alumnos en el uso de las técnicas de trabajo.
 
La Comunidad
Freinet sostenía que la escuela “es una obra de la que saldrá lo que todos juntos construyamos”. Por su forma de entender la educación ligada a la vida y por la orientación popular que él le imprimía, la comunidad estaba llamada a jugar un rol importante en el proceso educativo. Para Freinet la renovación de la escuela y de la sociedad van parejas, por eso sus técnicas tienden a vincular profundamente la escuela y el medio social donde se desenvuelve. Esta preocupación social se vio cristalizada en la cooperativa escolar, que fue algo más que un ingenioso recurso destinado a mejorar las condiciones materiales de la escuela. Se trataba, como con sus otras técnicas, de involucrar a la comunidad con la escuela y de hacer que la educación esté arraigada en el medio social donde está enclavada.
“… en el caso de Freinet existe tal acuerdo entre el movimiento cooperativo en la escuela, los escolares, y así mismos los maestros, que es imposible no ver en él la manifestación cierta de que la cooperación, pieza esencial de su movimiento, está integrada en él como lo está en el organismo cualquiera de los sistemas principales sin los cuales la corriente vital no podría fluir”69.

69. GILBERT, R. “Compendio de la Ciencia de la Educación”. 1ª edición en español. 1985. Ediciones Grijalbo - Colección Pedagógica. México. p. 121.

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